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La última vez que los New York Jets llegaron a los playoffs de la NFL fue en la temporada de 2010. La última campaña en la que ganaron más juegos de los que perdieron fue en 2015. Y desde entonces han hilvanado siete años perdedores en fila para convertirse en uno de los peores equipos de la liga, si no es que el peor.
Pero las cosas están cambiando en el Meadowlands y uno de los más grandes quarterbacks de la historia está por aterrizar ahí: Aaron Rodgers.
Cuando este 15 de marzo inicie formalmente el nuevo año de la NFL, todas las miradas estarán puestas en el destino de Aaron Rodgers, quien ha jugado las 18 temporadas de su carrera profesional para los Green Bay Packers.
Noticias y transacciones recientes indican que que el cuatro veces MVP de la NFL, quien hace semanas se metió en un cuarto oscuro por algunos días para meditar sobre su futuro, será el nuevo quarterback de los Jets, un equipo que dio señales de vida en 2022 a pesar de acabar con récord de 7-10.
El dueño de los Jets, Woody Johnson, lideró a un grupo de ejecutivos del equipo que viajaron esta semana a California para reunirse con Rodgers, al mismo tiempo que el club neoyorquino fue abriendo espacio en su tope salarial para poder adquirir al famoso No. 12 de los Packers.
Rodgers, de 39 años, tiene contrato con Green Bay, pero él ha estado dando señales de que su etapa en Wisconsin ha llegado a su final, algo que en realidad viene repitiéndose año tras año. Solo que esta vez se siente como que los Packers están listos para dejarlo ir.
Ellos no solo permitieron la entrevista de los Jets con su mariscal de campo estrella, sino que expresaron después que retener a Rodgers no es su prioridad, elevando las posibilidades de un cambio. La posibilidad de que el futuro miembro del Salón de la Fama se retire casi puede descartarse, sobre todo porque él dijo recientemente que se siente capaz de ganar otro MVP jugando en el “lugar correcto”.
Los Raiders de Las Vegas parecían otro equipo que aspiraba a los servicios de Rodgers, sobre todo por tener a DaVante Adams, quien fue su receptor favorito por varios años en Green Bay. Sin embargo, ellos indicaron recientemente que no era su intención ir con todo por él.
Los Jets parecen ser un destino propicio para Rodgers porque es un equipo joven y ascendente que no tiene un quarterback titular establecido tras el lento desarrollo de Zach Wilson, quien solo completó un 54% de sus pases en nueve partidos la campaña anterior (6 pases de touchdown y 7 interceptados).
Nueva York cuenta con dos de los mejores jugadores ofensivos jóvenes de la liga en el receptor Garrett Wilson, premiado como Novato Ofensivo del Año de la NFL, y el corredor Breece Hall.
ESPN reportó que los Jets ya han creado un espacio de $15.2 millones de dólares tras renegociar algunos contratos con jugadores que firmaron el año pasado. Además, se deshicieron del receptor de sangre caribeña Braxton Berríos, uno de los consentidos de la afición, para tener más flexibilidad con su nómina.
En 2022, Rodgers completó 350 de sus 542 pases para 3,695 yardas, con 26 TDs y 12 interceptados, su cifra más alta desde 2008. Con récord de 8-9, tuvo apenas su tercera campaña negativa en la NFL. Pero si Rodgers quiere jugar en Nueva York nadie podría impedirlo y los Jets serían de inmediato un equipo de playoffs.
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