Foto:
NICHOLAS KAMM / AFP / Getty Images
En estas fiestas navideñas queremos hacer regalos sin importar si somos muy ricos o nos afectan los coletazos de la pandemia, la inflación y las tasas de interés que sigue subiendo el banco de la Reserva Federal con la meta de evitar que tengamos más deudas de las que podemos pagar.
Y aunque usted no lo crea amigo lector el problema es general, porque esto de ser rico o multimillonario también tiene sus retos. Por ejemplo, fíjese lo que acaba de pasarle al magnate sudafricano, Elon Musk, quien según la revista Forbes ya no es la persona más rica del mundo.
Ese lugar se lo acaba de arrebatar el inversionista de arte y magnate francés, Bernard Jean Étienne Arnault; y por si no le suena su nombre, es nada más y nada menos que el presidente fundador de la compañía Louis Vuitton. Durante los últimos 30 años él amasó una gran fortuna con el diseño y venta de artículos de lujo; que van desde perfumes y cosméticos hasta las famosas carteras, que enfrentan problemas porque son copiadas y vendidas más baratas dañando su reputación de marca de alta clase.
Musk, quien también es dueño de la compañía de cohetes SpaceX, bajó al segundo lugar en la lista de ricos, famosos y poderosos, por la reducción en más de la mitad del valor en Wall Street de las acciones del fabricante de autos eléctricos Tesla, hasta $160 dólares en el mercado de valores.
Los analistas económicos atribuyen esa caída a la reciente compra que hizo Musk de Twitter, en abril de este 2022. Con su multimillonaria inversión se quedó con una las redes sociales más populares entre los seguidores de “influencers” o generadores de opinión en internet. Solamente Musk reporta 121 millones de seguidores, y esa atrevida movida es vista como un riesgo para la compañía automotriz, pues para quedarse con la red social, Musk tuvo que vender $ 20 mil millones en acciones de Tesla.
Según Forbes la fortuna de Musk, bajó a unos $ 177 mil millones de dólares, mientras Arnault tiene más de $ 188 mil millones, pero ambos tienen que lidiar con sus propios líos.
Y ante estas cifras tan astronómicas, amigo lector no se preocupe si no tiene mucho dinero para las compras navideña, ya que, mientras ellos batallan para mantener sus imperios, nosotros los hispanos todo lo que queremos para estas navidades es que el Congreso encuentre una reforma migratoria que le permita a millones de personas pagar sus impuestos con el tío Sam y que les quede un dinerito para comprar regalitos, buenos bonitos y baratos, aunque no sean Louis Vuitton.
Sofía Villa es la autora y escribe esta columna a título personal. Sus opiniones no representan a Televisa-Univision Inc. donde trabaja como Writer/Producer.