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Al consumo de vino se han asociado varios beneficios. Los expertos en nutrición revelan que el vino sin alcohol sería una mejor alternativa para el consumidor.
Beber vino se ha asociado con un efecto cardioprotector. El consumo de bebidas alcohólicas, incluyendo el vino, puede ocasionar efectos negativos en la salud que superarían los supuestos beneficios. Entre estos efectos negativos están un mayor riesgo de distintos tipos de cáncer.
La Sociedad Europea de Cardiología comparte que las personas que beben mucho alcohol con regularidad (incluyendo al vino) tienen un mayor riesgo de desarrollar insuficiencia cardíaca, lo cual puede aumentar la incidencia de fibrilación auricular.
El consumo bebidas alcohólicas daña tu hígado y debilita el sistema inmunológico.
Compuestos beneficiosos del vino
La Fuente de la Nutrición de Harvard explica que el vino tinto puede contener varios compuestos además del alcohol que pueden relajar las paredes de los vasos sanguíneos y prevenir la oxidación del colesterol LDL “malo”. También puede haber otros compuestos activos en el vino blanco que ofrezcan un efecto cardioprotector.
Los beneficios para la salud del vino a menudo se atribuyen a su contenido de polifenoles. Incluido el tipo específico llamado flavonoides que imparte el color y el sabor únicos del vino. Entre los polifenoles específicos del vino tinto se incluyen resveratrol, quercetina y epicatequinas.
El vino desalcoholizado conserva compuestos beneficiosos
El vino desalcoholizado se somete a fermentación y después se filtra el etanol, pero se conserva sus polifenoles. Lo que significaría que mantiene los compuestos beneficiosos sin los efectos negativos del alcohol.
“Pequeños estudios en personas con factores de riesgo de enfermedades cardíacas encontraron que el vino desalcoholizado ayudó a reducir la resistencia a la insulina y aumentar los niveles de óxido nítrico, lo que ayuda a que los vasos sanguíneos se relajen y, por lo tanto, disminuya la presión arterial”, comparte Harvard.
Los polifenoles no solo se pueden encontrar en el vino, sino en una amplia variedad de alimentos y bebidas de origen vegetal. Los expertos apuntan que aumentar la ingesta de una a dos porciones diarias de té, café, bayas, cebollas o manzanas proporciona una cantidad mucho mayor de polifenoles que tomar una copa extra de vino tinto.
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