Hace exactamente un año el paso del ciclón tropical ‘Ida’ hizo estragos en la ciudad de Nueva York. Este fenómeno meteorológico que causó la muerte de 13 neoyorquinos que se ahogaron en sótanos, también recuerda de una manera muy dramática, la fragilidad de la Gran Manzana y el riesgo que siguen corriendo por lo menos 100 mil familias en los cinco condados que viven en apartamentos subterráneos improvisados, en vecindarios de inmigrantes de color e indocumentados.
Del otro lado de esta tragedia, también hay que recordar, que todavía más de 100 personas que perdieron sus viviendas en Queens y Brooklyn están viviendo en hoteles.
En el primer aniversario de esta fatalidad, como lo refuerza un informe presentado este martes por el Contralor de la Ciudad de Nueva York, Brad Lander, “no se han dado pasos concretos en alguna iniciativa que despeje el camino para proporcionar protecciones mínimas a quienes viven en estos apartamentos subterráneos”,
Por ello, en medio del recordatorio de unas las tragedias más recientes que quitó nuevamente el velo al drama de la escasez de vivienda asequible en la ciudad de Nueva York, Lander está impulsando la Ley de Protección de Residentes de Sótanos que reconoce a todas estas unidades como “existentes y con un estatus legal básico”.
Se trata apenas de un paso que deberá estar acompañado de legislaciones estatales más amplias que permitan la legalización absoluta de estas unidades residenciales.
En principio, la norma apoyada por Lander, ayudaría a que los propietarios registren los sótanos conocidos también como ‘basement’. Y permitiría que los ocupantes tengan ciertos derechos y sistemas básicos de seguridad contra incendios y anegaciones.
“Debemos actuar ahora para extender los derechos y responsabilidades básicos de los residentes del sótano. Así como exigir y ayudar a los propietarios a realizar mejoras que salvan vidas, como detectores de humo y válvulas antirretorno, mientras continuamos trabajando en el camino hacia la legalización”,, dijo el Contralor.
Lo mínimo: detectores de humo
Actualmente no existe un registro de las unidades de vivienda improvisadas en sótanos, ya que en su mayoría son ilegales. Especialmente en vecindarios de Queens y Brooklyn.
Además, los habitantes de sótanos no pueden insistir ni siquiera en protecciones o mejoras mínimas, por ejemplo la provisión de un detector de humo, porque no son inquilinos formales. Y actualmente carecen de derechos de arrendamiento.
Los propietarios, muchos de los cuales también son personas de color de bajos ingresos, generalmente no tienen recursos financieros para cumplir con la carga para legalizar estas unidades.
En síntesis, la propuesta de la Contraloría de exigir los derechos básicos de los inquilinos y las salvaguardas en estas unidades subterráneas, es un paso importante que los legisladores estatales puedan avanzar hacia la legalización permanente.
Un riesgo creciente
El nuevo informe presentado por el Contralor incluye un análisis geográfico para comprender mejor el alcance potencial de los riesgos de inundación que enfrentan las viviendas de una, dos y tres familias con sótanos en la ciudad de Nueva York.
Las investigación indica que alrededor del 10% de todos los sótanos de la Gran Manzana, ya sea que estén ocupados o no, enfrentan actualmente algún tipo de riesgo de que se eleve peligrosamente el nivel del agua.
El reporte también incluye proyecciones: Para el año 2050, a medida que se intensifiquen las tormentas, un tercio de los sótanos correrán un riesgo más alto de inundaciones costeras y lluvias extremas. Debido a las limitaciones de datos, el análisis no proyecta cuántas de esas unidades están ocupadas actualmente. Pero demuestra el riesgo creciente que representan las tormentas como ‘Ida’ para los residentes de estos espacios improvisados.
“Mientras continuamos organizando un programa de conversión de sótanos en toda la ciudad, necesitamos aumentar rápidamente la seguridad en estas unidades, que son los hogares de algunos de nuestros vecinos más vulnerables”, dijo Annetta Seecharran, directora ejecutiva de Chhaya, una organización que forma parte de una coalición que defiende la legalización de los sótanos en los últimos 15 años.
Si bien las fuertes lluvias causadas por ‘Ida’ no tuvieron precedentes, y puso a prueba un sistema de alcantarillado que se construyó cuando estos fenómenos climáticos, ni siquiera se asomaban, los expertos aducen que esta tormenta tropical no será la última que ponga en riesgo vidas y hogares ubicados en unidades residenciales subterráneas.
Un año después del paso de este ciclón “se han producido pocas acciones significativas para abordar este limbo que enfrentan las unidades de sótano, ya que la legislación para proporcionar un camino hacia su legalización, se estancó en la última sesión legislativa en Albany”, concluye el reporte de la Contraloría.
Por su parte, el asambleísta Harvey Epstein que representa a partes del Bajo Manhattan y Brooklyn, ha propuesto eliminar las barreras técnicas para a través de una ley estatal abrir las puertas a la legalización de estos espacios.
El primer muro que hay que derribar es derogar la prohibición estatal de convertir sótanos en apartamentos.
De esta manera, la Ciudad obtendría la discreción para hacer que las unidades subterráneas ilegales existentes, cumplan con los estándares de seguridad del estado, sin tener que cumplir con los límites de la ley estatal de viviendas múltiples, que históricamente inhibió la formalización de estas unidades.
“Estamos escuchando a la Ciudad y al Contralor. Podemos evitar más tragedias, si cambiamos estos códigos”, sostuvo Eptein.
109 familias todavía viven en hoteles
Casi un año después de que ‘Ida’ los desplazara de sus viviendas, 109 familias en la ciudad de Nueva York todavía viven en hoteles y luchan por conseguir una vivienda más permanente.
Según un comunicado del Departamento de Preservación y Desarrollo de la Vivienda (HPD) de la ciudad compartido a medios locales, las familias desplazadas están repartidas en tres hoteles, el Radisson en el sur de Jamaica y dos en el centro de Brooklyn, y se han visto obligadas a lidiar con el complicado mercado inmobiliario, marcado por la inexistencia de vivienda asequible y un alza astronómica de los precios de la renta.
Después de que azotó la tormenta, la Ciudad proporcionó habitaciones de hotel para 380 familias. Desde entonces, las otras 271 familias han podido conseguir una vivienda alternativa, ya sea temporal o permanente.
Como miles de anécdotas y tragedias que rodearon a estas lluvias torrenciales, el ecuatoriano Mario González quien vive en el sótano de una casa en Flushing, en Queens, recuerda que el ‘basement’ en donde vive desde hace 12 años se anegó parcialmente.
“Perdimos muy poco, porque tenemos muy poco. En estos casos, como uno no tiene papeles, uno prefiere no hacer mayores reclamos, porque capaz que te quedas en la calle”, comentó a El Diario.
La Ciudad no indemniza
Se pudo conocer que 4,700 familias neoyorquinas afectadas por las inundaciones del pasado 1 de septiembre, presentaron reclamos a la Ciudad de Nueva York para tratar de obtener indemnizaciones económicas, para ayudarlos a reparar por completo sus vivendas afectadas. Todos los casos fueron denegados.
La tormenta arrojó más de tres pulgadas de lluvia en una sola hora, colapsando los sistemas de alcantarillado, que fueron construidos para manejar lluvias de menos de dos pulgadas por hora.
El eje central de esta secuencia de reclamos es que la negligencia de la ciudad en el mantenimiento de los sistemas de drenaje provocó las inundaciones.
La Oficina del Contralor denegó los reclamos bajo un precedente establecido a principios del siglo que dictaminó que los gobiernos municipales no son responsables de los daños causados por “lluvias extraordinarias y excesivas”.
Sin embargo, varias miles de familias tuvieron algunos fondos. La Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) aprobó casi $223 millones en ayuda para más 88,000 personas en todo el estado, y más 61,000 personas en la ciudad de Nueva York recibieron cerca de $158 millones. El pago promedio fue de $2,500.
Para los inmigrantes indocumentados, el estado y la Ciudad crearon un fondo de ayuda Ida de $27 millones por separado, que ofreció un máximo de $72,000 por hogar elegible.
Otros alivios y fondos en camino
- Esta semana la gobernadora Kathy Hochul anunció la puesta en marcha del Plan de Acción propuesto por la Oficina de Recuperación de Tormentas (GOSR), que incluye $41.2 millones en fondos federales para apoyar iniciativas que ayudarán a los residentes a adaptarse a los efectos del cambio climático. Se dará prioridad a las comunidades históricamente desatendidas.
- Entre los programas propuestos se encuentra el de ‘Inquilinos en Viviendas Resilientes’, que alentaría a los arrendatarios a mudarse de las casas dañadas por la tormenta, al brindar apoyo financiero para que obtengan nuevas viviendas seguras y estables.
- En el mismo paquete se encuentra el plan de ‘Recuperación y Reembolso de Vivienda’, que invertiría en reparaciones de daños causados por tormentas a viviendas residenciales y/o reembolso por reparaciones ya terminadas.
- Se suma además el programa ‘Resiliencia de vivienda asequible’ el cual invertirá en medidas de mitigación de inundaciones y mejoras de resiliencia en complejos de viviendas multifamiliares públicas y asequibles, así como en la expansión de viviendas asequibles donde sea factible.
El Dato:
5,000 inmigrantes indocumentados fueron afectados por las inundaciones el pasado mes de septiembre causadas por la tormenta Ida, principalmente residentes de sótanos convertidos ilegalmente en viviendas en Queens.