El registro de las cámaras de seguridad en la bodega del dominicano Juan Valerio, en El Bronx, está sobrecargado de escenas muy incómodas, que son ya comunes para la mayoría de estos pequeños comerciantes de la Gran Manzana: robos, hurtos y amenazas.
Pero el pasado viernes, su negocio ubicado en la esquina de la Avenida Washington y la calle 171 de este condado, el video de vigilancia alrededor de las 3:30 a.m. captó cuando la tienda estaba cerrada y un sujeto ingresó violentamente para cargar con varias libras de carne valorada en $4,000.
“No existe un día en que no entre alguien a robar. Se llevan en tu cara las cosas, porque saben que no los van a detener por eso. En cada artículo que nosotros vendemos, lo que ganamos son centavos. Si tenemos que perder todos los días, cuando llegas al final de mes, son cientos de dólares. Pero esta vez fue el extremo”, contó el isleño.
Ante la ola indetenible de denuncias de robos en estos comercios vitales para la ciudad de Nueva York, la Unión de Bodegueros de América (UBA) creó un fondo, casi de emergencia, de $50,000 para compensar a sus agremiados con “auxilios” de hasta $500, luego que muestren como recaudo las grabaciones en sus cámaras de seguridad.
Este miércoles, Juan fue el primero en recibir este aporte, el cual considera tiene un gran valor simbólico para un gremio que trata de “levantarse”, pero sigue siendo uno de los blancos más claros de una ola de criminalidad que no tiene pausas.
“Somos más de 800 los miembros en esta Unión. Y no hay ninguno que no tenga videos que mostrar en los últimos días de algún robo. Insisto, por más pequeño que sea, nos afecta. Somos empresas familiares que tratamos de sobrevivir”, reforzó el quisqueyano.
Pasan tres y cuatro veces
En la mayoría de las ocasiones, los bodegueros prefieren evitar confrontaciones para no terminar heridos. En otros casos, prefieren dar todo “a pérdida”, porque como no se trata de un “gran asalto”, el Departamento de Policía de la Ciudad de Nueva York (NYPD) tiene poco que hacer.
La UBA desde hace casi dos años viene reclamando que los registros de robos y asaltos siguen su curva ascendente. Y, lo peor, con la resignación de sus agremiados, que esperan muy poco de la justicia.
“Creamos este fondo de ayuda, que estamos conscientes no es mucho, pero es una forma de actuar ante una situación que no se detiene. Para un bodeguero una pérdida de $1,000 ó $2,000 cada mes es demasiado dinero. Si se toma en cuenta los márgenes de ganancia. Cada día nuestros agremiados se quejan que incluso una persona pasa tres y cuatro veces a robar en un mismo día”, explicó Radhamés Rodríguez, presidente de la UBA.
La “película” diaria más común filmada por la mayoría de los bodegueros es protagonizada por personas de diferentes edades, pero mayoritariamente muy jóvenes. La mayoría se esconde productos en la ropa, otros lo toman agresivamente y presumen frente a los trabajadores que están robando.
En el otro extremo, las escenas más violentas se trata de asaltos, sin o con armas, para obtener productos que están del lado del mostrador, especialmente cajas de cigarrillos.
En el peor de los casos, presionan para que les den todo el efectivo de la caja registradora. Pero como le pasó al dominicano Juan Valerio, también pasa con cada vez más frecuencia, que destruyen puertas y vidrieras para realizar saqueos nocturnos.
El ascendente delito de pequeños hurtos de alimentos, productos de uso personal, bebidas alcohólicas y medicinas en general en estas populares tiendas de conveniencia, se disparó el año pasado en un 32%, según cifras oficiales, si se contrastan con el 2020. Y este año esta cifra no parece aplanarse.
En esta oleada de “saqueos” comerciales, la controvertida Ley de Fianzas, pareciera tener mucho peso. Por lo menos, esa es la interpretación de los bodegueros.
“Así nuestros pequeños comerciantes llamen a la policía, los pueden arrestar, pero no pasa de allí. No les pueden poner cargos. Y como hemos venido denunciando, esto es lo que ha hecho es disparar el vandalismo. Y nuestras familias de bodegueros, la pasan muy mal por eso”, remarcó Rodríguez.
“¡Si quieres! ¡Llama a la policía!”
Otro bodeguero de Harlem, quien prefirió reservar su nombre, asegura que en su tienda ubicada a pocas cuadras de la comisaría 25 de NYPD, ya asume que todos los días debe “regalar” cigarros y cervezas a un grupo de delincuentes del vecindario.
“Llegamos al peor momento que puedes tener, que es asumir que los delincuentes están ganando la batalla a las autoridades. Ellos llegan y te amenazan. Y se llevan las cosas y te dicen: !Llama a la policía están aquí cerca!
De acuerdo con las denuncias de algunos comerciantes y la observación hecha por algunos expertos, es que en realidad los ladrones en serie, incluso si son arrestados, suelen salir libres el mismo día por las leyes penales vigentes en Nueva York desde enero de 2020.
El límite para que el sistema de justicia criminal de Nueva York considere que un robo es un felonía mayor, que podría terminar directamente en una privativa de libertad de un año, dependiendo de muchas circunstancias, es cuando la persona se ha apoderado de productos cuyo valor ascienden a $1,000 o más.
“No es posible que unos ladrones, puedan más que la Ciudad que es aparentemente una de las más poderosas del mundo. Los uniformados pueden tener las mejores intenciones, pero las leyes no los ayudan”, subrayó el bodeguero quien calcula una pérdida de por lo menos entre $1,500 y $ 1,800 mensuales en robos en los últimos meses.
“Roban es por vicio”
Asimismo, el vocero de la Unión de Bodegueros de América (UBA), Fernando Mateo, considera que los rateros y los ladrones están “destruyendo” la paz y el tejido social de la ciudad.
“Estos crímenes deben ser castigados. No podemos darnos el lujo de que estos criminales sigan actuando a sus anchas sin castigo. Los fiscales de distrito y los jueces deben enjuiciar y condenar a estos reincidentes a por lo menos 6 meses de cárcel”, reclamó Mateo.
El líder gremial reporta que muchas veces los bodegueros “levantan la mano” para defenderse y ellos son quienes terminan tras las rejas.
En general, de los 8,000 bodegueros que se calcula están instalados en los cinco condados, son pocos quienes no tienen que contar incidentes incómodos todos los días.
En este sentido, Francisco Marte, presidente de la Asociación de Bodegas y Pequeños Negocios de Nueva York (BSBG), tiene peores balances: “Se ha avanzado muy poco en materia de seguridad. Puedo asegurar que ya al cierre de este año lo único que ha avanzado son los robos”.
Marte destaca que por más eficiencia que exista con la respuesta y el patrullaje policial, ya ha quedado demostrado, que el “sistema” ha permitido que los delincuentes se sientan muy “cómodos” haciendo daño, a quienes salen todos los días a trabajar.
“Como gremio nos llama la atención el silencio de muchos líderes electos de esta Ciudad, con el tema de estos rateros, que en su mayoría no roban por hambre, sino por mantener sus vicios, porque salen a revender los productos”, remató.
Por esta razón, en las próximas semanas este gremio lanzará otra iniciativa para exhortar y recomendar a los vecinos que no compren cierta categoría de productos básicos a revendedores callejeros, porque están formando parte del círculo que incentiva a los delincuentes.
Cifras no claras
Durante los primeros ocho meses de la crisis causada por el COVID-19, hubo un aumento del 63% en los incidentes con disparos dentro o frente a estas tiendas y un aumento del 222% en los robos.
Cuando falta solo un trimestre para despedir el 2022, los portavoces de ABA y BSBG no dudan que estas cifras del año anterior, se han duplicado.
“Ahora que viene el invierno es peor. Porque entran con los abrigos en donde les cabe de todo. Tristemente muchos de nuestros bodegueros ahora tienen bates y cuchillos para protegerse de un ataque. Pero es horrible que tengamos que vivir en este salvajismo”, contó a El Diario otro comerciante en Borought Park en Brooklyn.
En la ciudad de Nueva York con base a cuentas oficiales, el pasado mes de agosto los delitos contra la propiedad aumentaron en un 26%, si se compara con el mismo periodo de tiempo de 2021, mientras que las balaceras y los asesinatos siguen su ritmo descendente.
“Lo que le pasa a los bodegueros no está en ninguna estadística, porque la mayoría ni siquiera reclama, porque sabe que será una pérdida de tiempo“, concluyó Marte.
El Alcalde Eric Adams desde que asumió el gobierno municipal, al igual que los bodegueros, sigue asociando la ascendente tendencia de robos en la Gran Manzana, con la reforma a la Ley de Fianzas. Pese a sus intentos de avanzar en algunos cambios en la legislación modificada en 2020, se ha encontrado con fuertes resistencias en la Asamblea Estatal.