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La vitamina D es un nutriente necesario para el cuerpo. Es una vitamina importante para distintas funciones y un estudio recientemente publicado encontró que consumir vitamina D con regularidad está asociado con un riesgo reducido de melanoma.
De acuerdo con los Institutos Nacionales de Salud (NIH), la vitamina D ayuda al cuerpo a absorber el calcio, mineral necesario para tener huesos fuertes. Los músculos también necesitan vitamina D para el movimiento y los nervios para transmitir mensajes entre el cerebro y otras partes del cuerpo.
El sistema inmunológico también requiere vitamina D para combatir las bacterias y los virus invasores.
En un nuevo estudio cuyos resultados se publicaron en Melanoma Research se observó que las personas que tomaban suplementos de vitamina D con regularidad tenían un riesgo reducido de melanoma en más del 50% en comparación con los no consumidores.
La investigación fue realizada en colaboración entre la Universidad del Este de Finlandia y el Hospital Universitario de Kuopio y publicado en Melanoma Research, incluyó a casi 500 personas con un mayor riesgo de cáncer de piel.
El melanoma, junto con carcinoma de células escamosas y carcinoma de células basales, es uno de los tipos principales de piel. De acuerdo con el Instituto Nacional del Cáncer en Estados Unidos, el melanoma es mucho menos común que los otros tipos de cáncer, pero es mucho más probable que invada el tejido cercano y se disemine a otras partes del cuerpo.
De acuerdo con el reporte de la investigación, otros estudios relativamente recientes también han proporcionado evidencia de los beneficios de la vitamina D en el melanoma, como la asociación de la vitamina D con un melanoma menos agresivo.
Alimentos que proporcionan vitamina D
El cuerpo produce vitamina D cuando la piel descubierta se expone al sol. Son muy pocos los alimentos que contienen esta vitamina en forma natural. Sin embargo, algunos productos alimenticios pueden estar fortificados con vitamina D.
La carne de los pescados grasos (como la trucha y el salmón, el atún) y los aceites de hígado de pescado se encuentran entre las mejores fuentes de vitamina D.
Aceite de hígado bacalao. Una cucharada de aporta el 170% del valor diario recomendado.
Trucha (arcoíris). Tres onzas aportan el 81% del VD.
Salmón cocido. Tres onzas aportan el 71% del VD.
Champiñones blancos crudos expuestos a la luz ultravioleta. Media taza aporta el 46% del VD.
Algunas marcas de leche de vaca y leches de soya, almendras y avena, fortificadas con vitamina D pueden estar fortificadas con vitamina D. Una taza aporta entre el 13% y el 18% del valor diario recomendado.
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