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El avance de la tecnología no siempre resulta positivo en todos los sentidos ni tampoco para ciertas especies animales a las cuales se les termina por desplazar cuando el ser humano extiende su dominio.
Bajo una premisa similar es cómo algunos de los texanos que antes habitaban Boca Chica, un pequeño pueblo costero en la desembocadura del Río Grande en la frontera con México, ahora se quejan del daño ocasionado por el magnate sudafricano Elon Musk y su proyecto de lanzar chotes y aeronaves al espacio desde dicho sitio, al cual actualmente se le conoce como la ciudad de Starbase.
De acuerdo con información difundida por The Sunday Time, en 2012, el también dueño de Tesla y Twitter recibió ofertas de sitios en Florida y Puerto Rico que deseaban albergar una base de SpaceX. Sin embargo, después de reunirse con funcionarios de Texas, Musk decidió instalarse en Boca Chica para desarrollar su nuevo proyecto.
A partir de ese momento, el multimillonario comenzó a comprarles sus casas a la mayoría de los habitantes de la zona, pero hubo quienes declinaron el ofrecimiento y hoy denuncian que el sitio podría considerarse un desastre ecológico.
La nueva base de SpaceX comenzó a construirse en 2014 y cinco años después comenzó a probar cohetes allí.
“Creando la ciudad de Starbase, Texas. De allí a Marte. Y, por lo tanto, a las estrellas”, indica un mensaje de Musk emitido en sus redes sociales, en 2021.
Durante una entrevista concedida a The Sunday Times, Mary Helen Flores, una maestra de Brownsville, señaló estar arrepentida de haberle vendido su casa a Musk, pues ahora es utilizada como almacén de suministros médicos.
“Escogió Texas porque es un sucio estado rojo donde a nadie le va a importar lo que haga en un pueblo fronterizo pobre. Cuando los vi colocar la plataforma de lanzamiento justo detrás de la línea de dunas, supe que iba a ser un desastre para nuestra playa. Está destruyendo un ecosistema que ha estado allí durante cientos de años”, indicó.
Lo cierto es que recientemente SpaceX encendió 31 de los 33 motores de refuerzo pesados en el cohete más grande del mundo jamás construido en Starbase, lo cual, de acuerdo con varios grupos de ambientalistas, ha traído consigo la muerte de muchas tortugas que habitan en la zona.
No obstante, Musk respalda sus ensayos bajo el argumento de que Starbase podría representar una alternativa para llevar al espacio a la raza humana y a otras especies en caso de que algo terrible ocurra en la tierra.
“Somos los guardianes de la vida. Las criaturas que amamos no pueden construir naves espaciales, pero podemos traerlas con nosotros”, sostiene.
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