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Alguacil del condado Mahoing / Cortesía
Una mujer que se popularizó en redes sociales en el 2018 por una foto de fichaje en la que aparecía con su rostro totalmente tatuado compartió su nueva cara luego de que le removieran gran parte de los diseños como parte de su proceso de rehabilitación.
Alyssa Zebrasky, de 31 años y residente en Ohio, se volvió viral en diciembre del referido año luego de que fuera arrestada por robar artículos de una tienda y por posesión de drogas.
En la imagen pública, se le ven múltiples tatuajes. Uno de estos era de una telaraña en su frente. En otras zonas de su cara, destacan tatuajes de esqueletos.
En 2019, la vida de la mujer tomó un nuevo giro y en octubre de ese año se sometió a un procedimiento de láser para liberarse de sus ataduras.
En declaraciones a Removery, proyecto bajo el que se realiza el proceso de remoción de los tatuajes, Alyssa dijo que ahora se siente mejor con ella misma, ya que antes sentía que todo el mundo se le quedaba mirando.
“Yo iba a una tienda y la gente se me quedaba mirando. Me hacía sentir incómoda”, relató.
“Yo quiero que me miren como una persona normal. Yo vivo mi vida como cualquier otra persona”, añadió.
Para que su cara quede sin los tatuajes, la mujer deberá someterse a una docena de cirugías, cada una de 20 minutos, aproximadamente.
Al momento, los expertos trabajan alrededor de su boca.
Zebrasky dijo que el proceso se siente como golpecitos de una liga contra la piel y luego duele durante 30 minutos.
Becca, la técnica que trabaja en el rostro de la mujer, reveló que inicialmente se intimidó por la extensión de los tatuajes y la apariencia de la clienta.
“Yo nunca había visto tantos tatuajes en la cara de una persona. Nosotros no sabíamos cuáles eran sus antecedentes; por qué fue a la cárcel”, admitió Becca quien ahora describe a la exprisionera como graciosa y dulce.
Por su parte, Zebrasky manifestó sentirse más segura de ella misma tras iniciar la transformación.
“Por un largo tiempo, yo sentía que no era libre. Como que yo tenía que vivir de cierta forma por las cosas que estaban pasando en mi vida con adicción y autodestrucción”, se confesó.
“Y ahora, yo siento que no tengo que vivir así más. Simplemente, yo puedo vivir mi vida, soy finalmente libre”, compartió.
Zebrasky tatuó su rostro por un periodo de cuatro años que inició en junio de 2018 mientras se encontraba en una relación tóxica con un pandilleros. Su entonces pareja le dijo que si quería formar parte de la organización criminal tenía que tatuarse el rostro.
Para ese tiempo estuvo bajo custodia policial tres veces en unos seis meses.
