Un monstruo silencioso, letal, y hasta 50 veces más fuerte que la heroína y 100 veces más potente que la morfina, el opioide sintético fentanilo, incoloro e insípido, que por su rápido efecto es la sustancia elegida por narcotraficantes para mezclarla con otras drogas sin el conocimiento de los usuarios. La presencia del fentanilo en comunidades pobres de la ciudad de Nueva York, con acceso limitado a servicios de salud ha provocado un drástico aumento en muertes por sobredosis. Lo más alarmante es que esta droga se están infiltrando en nuestras escuelas: las sobredosis de adolescentes van en aumento, pero las escuelas no están equipadas con los recursos o la capacitación necesaria para salvar la vida de los estudiantes en caso de una sobredosis.
Según el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC por su siglas en inglés), unas 100,000 personas en los Estados Unidos murieron el año pasado por sobredosis, a principios de esta década, el fármaco cobró las vidas de 1,580 neoyorquinos, aumentando a 2,500 muertes en el 2022. Posicionándose rápidamente como una de las principales causas de muerte entre personas de 18 a 49 años. Pero a pesar del rápido aumento de muertes de adolescentes por sobredosis, las escuelas no están equipadas con los recursos ni la capacitación necesarias para salvar las vidas de los estudiantes.
Como líder de uno de los condados más afectados, El Bronx, donde he visto y sentido de primera mano cómo los opioides han devastado mi comunidad, y comprendiendo que es nuestra responsabilidad hacer todo lo posible para reducir las incidencias, el mes pasado presenté dos propuestas de ley.
Una de las propuestas busca la legalización y acceso a las tiras reactivas de fentanilo en todos los centros de salud de la ciudad, así como también en los centros de programas preventivos. Las tiras pueden identificar si una droga contiene o no el opioide sintético, lo que ayudará a los usuarios de estupefacientes a tomar decisiones informadas con respecto a las sustancias que consumen.
El otro proyecto de ley que presenté recientemente requiere que todas las escuelas de la ciudad de Nueva York estén equipadas y capacitadas para proporcionar naloxona, un fármaco comúnmente conocido como Narcan, que es un antagonista del opioide de acción rápida que revierte los efectos de una sobredosis. Este paso debe darse antes de que sea demasiado tarde, porque si este monstruo continúa en las manos equivocadas, es posible que nuestros jóvenes estudiantes no tengan ninguna posibilidad.
Precisamos frenar las muertes de nuestros jóvenes evitando las sobredosis de opioides, lo que requerirá un esfuerzo concertado de todos los rincones de nuestra sociedad. Depende de nosotros equipar al personal escolar con el conocimiento y recursos necesarios para contrarrestar las sobredosis y ayudar a librar la guerra contra los opioides.
Los neoyorquinos estamos unidos en esta lucha. La batalla contra los opioides puede ser desesperante, pero si somos proactivos y nos enfocamos en la prevención, juntos lograremos revertir esta crisis. Debemos tener esperanza, tomar acción y seguir salvando vidas.
Rafael Salamanca Jr. es concejal de Nueva York