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Un guardia de 18 años, que caminó con el ataúd de la reina Isabel II durante su funeral hace apenas dos semanas, fue encontrado sin vida el pasado miércoles en un cuartel militar en Londres.
Se trata del soldado Jack Burnell-Williams, quien escoltó a la difunta monarca mientras la transportaban en un carruaje armado después del servicio fúnebre en la Abadía de Westminster y cuyo cuerpo fue hallado en los barracones de Hyde Park donde estaba destinado.
Un portavoz del ejército dijo a los medios: “Nuestros pensamientos están con la familia y los amigos del soldado Burnell-Williams en este momento difícil y pedimos que se respete su privacidad”.
Reportes indican que se llamó a los servicios de emergencia al momento de ser encontrado inconsciente, pero a pesar de los mejores esfuerzos de los paramédicos, Burnell-Williams fue declarado muerto poco tiempo después.
No se cree que las circunstancias que rodearon su muerte sean sospechosas y la Policía Metropolitana dijo que se preparó un archivo para el forense.
Jack era probablemente uno de los reclutas más recientes de la Caballería Doméstica y lógicamente su familia está profundamente consternada ante la noticia.
“Jamás en la vida pensé que estaría diciendo esto. Pero nuestra familia tiene el corazón roto tras el repentino fallecimiento de nuestro maravilloso hijo”, escribió su madre, Laura, de 42 años, en su perfil de Facebook y cientos de tributos comenzaron a llegarle.
Hace tan sólo unas semanas también había compartido imágenes del funeral del 19 de septiembre, diciendo que estaban “muy orgullosos” de Jack Burnell-Williams por haber acompañado a “la Reina en su último viaje”.
