Esta es la realización de familias inmigrantes cuyos padres no terminaron sus estudios secundarios o nunca fueron a la escuela en sus países y apostaron a la educación de sus hijos como el camino hacia una mejor calidad de vida.
Muchos jóvenes están firmes en esa ruta y han escogido Mercadeo, Administración de Empresas, de gran demanda en el mercado laboral de hoy. Esa es la experiencia de Carolina Castillo, Daniel Ugalde y Bianco Bambaren, estudiantes de la Clase 2023 de la Zicklin School of Business de Baruch College, que se gradúan a fines de este mes, constituyéndose en la primera generación de sus familias en cruzar el umbral de los estudios superiores.
Todos pueden lograrlo…
“Estoy feliz, mis padres están muy orgullosos. Ellos no tuvieron la oportunidad de ir a la universidad, pero se han sacrificado mucho para hacer posible que yo estudiara”, dice Carolina, que nació en Nueva York y es la mayor de 3 hermanas.
Para Carolina graduarse de la universidad, es ver cumplido sus sueños. Ahora esperar dar el gran salto a mejores oportunidades y transformar su vida y la de su comunidad.
“Si yo lo logré, todos pueden hacerlo, es sólo cuestión de proponérselo”, asegura Carolina.
Sus padres abandonaron la escuela secundaria en la República Dominicana y emigraron a los Estados Unidos en 1990. La madre de Carolina es asistente en un centro para personas mayores y su padre tiene una bodega en Washington Heights.
“Siempre valoré la educación y durante estos años conocí a compañeros atravesando dificultades situaciones financieras, lidiando con clases exigentes o porque no estaban suficientemente motivados”, cuenta Carolina, que obtuvo su título en Gestión de Marketing y fue mentora del programa SEEK, que apoya a los estudiantes de primer año en la inmersión a la vida universitaria en Baruch College.
Mientras estudiaba, Carolina hizo una pasantía en The Cranmere Group y The Uptown Hub, un centro educativo para jóvenes de 14 a 24 años en Washington Heights e Inwood, que ayuda a las personas a actuar, crear e inspirar el crecimiento dentro de sí mismas y de sus comunidades.
Carolina también fue presidenta de Empoderamiento de la Mujer para el Éxito, donde dirigió eventos que impactaron positivamente a los estudiantes en el campus ayudando a difundir la conciencia social y la inclusión.
“Mi consejo es que continúen trabajando fuerte y se mantengan estudiando, porque los beneficios futuros son invalorables”, dice la joven que en septiembre empezará a trabajar en las oficinas corporativas de L’Oreal, en el área de mercadeo.
La solidaridad nos hace fuertes
Cuando Daniel Ugalde vino a los Estados Unidos sólo tenía 5 años. Sus padres tuvieron que batallar duro hasta conseguir la reunificación familiar en Nueva York, una historia común entre los inmigrantes. Ellos son originarios de Paute, en la provincia andina de Azuay, Ecuador.
Esta experiencia hizo que Daniel –que creció en Flatbush, Brooklyn– se forjara como propósito ir a la universidad y para lograrlo no sólo tuvo el apoyo de sus padres, sino que se las ingeniaba para juntar dinero y comprar sus libros. Fue instructor de niños en artes marciales y lavaba carros los fines de semana.
“Tenemos que ser solidarios y ayudarnos mutuamente, vernos como una comunidad unida, especialmente en la universidad. Unidos podemos lograr cambios positivos para entrar en el mundo laboral”, sostiene Daniel.
Por su desempeño y altas calificaciones, Daniel fue seleccionado como Salutatorian de la Clase de 2023, se graduará en Finanzas y una especialización en Español.
Durante su carrera universitaria a Daniel le apasionaba ayudar a otros estudiantes. Estuvo involucrado con la Asociación de Profesionales Latinos de América (ALFA), organización de la que fue presidente. A través del Programa Acelerador ALPFA, asesoró a los estudiantes y los ayudó a encontrar pasantías y trabajos de tiempo completo.
Daniel se involucró aún más con los estudiantes a través de Collegiate Real Estate Network (CREN), donde se desempeñó como vicepresidente de diversidad e inclusión.
“Del mundo de las finanzas me gusta el de Bienes Raíces, desde allí creo que puedo tener un impacto positivo. Es la percepción que tengo ahora porque puedo ver esta carrera en contexto, no solo en cuanto a mejorar mi calidad de vida y el de la familia, sino en servir creando trabajos para mi comunidad”, cuenta Daniel al evaluar su visión inmediata.
El verano pasado Daniel completó una pasantía como analista en Blackstone, enfocándose en estrategias de deuda aplicada a Bienes Raíces. Ahora tiene una oferta de tiempo completo de esa compañía para comenzar a trabajar desde julio.
Según Daniel, muchos jóvenes no continúan la universidad por la presión de terminar la secundaria y empezar a trabajar para ayudar a sus familias.
“Tuve que trabajar y estudiar simultáneamente, lo hice porque me daba tiempo, pero mi prioridad eran mis estudios. Es importante que los padres impulsen la educación de sus hijos para así avanzar como familia, en mi caso, mi vida ha cambiado a partir de las oportunidades que he recibido en Baruch College”.
Del fútbol a las finanzas
La historia de Bianco Bambaren es otro ejemplo de cómo se puede romper barreras y tener un futuro prometedor.
Emigraron de Perú a los Estados Unidos con su mamá y su hermano menor, Bianco tenía 17 años e inicialmente se asentaron en Queens. Él también se graduará a fines de mayo con un título en Finanzas y Administración de Empresas.
“Estaba a punto de firmar el contrato para jugar en la reserva de un equipo profesional de fútbol en Perú e inicialmente fue difícil tomar la decisión de venir”, narra Bianco, que juega fútbol desde los 5 años y su sueño siempre fue debutar en primera división de ese deporte.
“Decidí venir con mi mamá y estar juntos como familia. Eso fue lo que principalmente me inspiró, y ahora no me arrepiento para nada”, dice este joven que primero completó su título de asociado en Administración y Gestión de Empresas en Queensborough Community College (QCC) y luego se transfirió a Baruch College.
Recuerda que un día, mientras cursaba el último año de secundaria en una escuela de Jamaica, estaba jugando fútbol en un parque y el coach de QCC lo había estado observando…
“Se acercó para decirme que quería probarme en el equipo. Fui a los ´trayouts´ y le gustó mi forma de jugar y, así fue como empezó mi carrera en una universidad”.
Jugó en QCC durante los dos años que estudió allí y actualmente es mediocampista/defensor en el Baruch Bearcats.
“Ser jugador me motivó a mantener buenas calificaciones y a ser disciplinado. Mi inclusión en el equipo de la universidad es un aliciente adicional”, reconoce Bianco.
Actualmente trabaja para Playbook Sports, en la división de marketing y desarrollo de software. También está haciendo una pasantía en la organización sin fines de lucro Masa.
“Siempre quise ser parte de una entidad así y de alguna manera revertir la ayuda que recibí para comenzar una nueva vida en este país”, afirma Bianco, cuyo objetivo como profesional es dedicarse a la gestión deportiva.
“Mi sueño es llegar a ser agente de fútbol profesional ya que he visto muchas injusticias, tales como que por no tener dinero no te permitan jugar. Quiero cambiar eso ayudando a los jugadores que no tienen recursos para hacer una carrera en Perú y aquí en Estados Unidos”.
La idea de Bianco es darles a los jugadores peruanos facilidades, así como él las tuvo. Su enfoque será trabajar para que puedan venir con una beca de deportes o como jugadores profesionales.
“Todo pasa por algo, confiemos en Dios, si bien hay tiempo para todo, lo primero es crecer como persona, aspirar a que la familia y tú mismo rompas las cadenas para mejorar nuestra calidad de vida y el entorno familiar”.
Finalmente, Bianco aconseja a los jóvenes a no darse por vencidos, no malgastar el tiempo y fijarse metas.
Apoyo a estudiantes de minorías
Muchos de los estudiantes de Baruch College, provienen de comunidades minoritarias y se benefician del programa Búsqueda de Educación, Elevación y Conocimiento (SEEK, por sus siglas en inglés) en el sistema de la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY).
El énfasis de Baruch College en promover el avance de los estudiantes de las minorías se refleja en la tasa de graduación durante los últimos seis años. Mientras el promedio nacional de graduación de los estudiantes latinos es del 37,1 por ciento, la tasa en Baruch es más del 60 por ciento.
“Baruch College aplaude los impresionantes logros y éxitos académicos de Carolina, Daniel y Bianco, quienes encarnan el espíritu positivo, la ambición y los talentos excepcionales de la Clase de 2023”, dijo el presidente de Baruch College, S. David Wu.
Según Wu, las historias de estos estudiantes reflejan la increíble diversidad de la población estudiantil de esa universidad, donde están representados 168 países y se habla más de 110 idiomas.
“En Baruch, creemos que el acceso asequible y equitativo a una educación excelente para personas de todos los orígenes aporta un valor inmenso a nuestra sociedad”, agregó el académico.
En ese sentido la misión de SEEK es brindar acceso a la universidad a estudiantes que de otro modo no podrían obtener una educación universitaria debido a circunstancias financieras y académicas.
Baruch College lidera el programa SEEK en CUNY en cuanto al logro de resultados, que incluyen alta retención, índices de graduación y movilidad social. El programa apoya a los estudiantes proporcionándoles asesoramiento académico intensivo y orientación para navegar en la transición a la universidad, los requisitos académicos y cualquier problema personal que se interponga entre los estudiantes y sus metas educativas.
A través de SEEK, los estudiantes son elegibles a dos semestres adicionales de asistencia para la matrícula y estipendios para libros cada semestre. Además, a servicios de apoyo académico como tutorías, consultas de redacción y acceso a comunidades de aprendizaje en derecho comercial, economía, comunicaciones y matemáticas.
Casi 20,000 estudiantes
La universidad fue establecida en 1919, nombrada en honor al hombre de negocios y estadista Bernard M. Baruch. Opera programas de pregrado y posgrado a través de la Escuela de Negocios Zicklin, la Escuela de Artes y Ciencias Weissman y la Escuela Marxe de Asuntos Públicos e Internacionales. Tiene 19,740 estudiantes y está localizada en el Bajo Manhattan. Website: baruch.cuny.edu