A finales de noviembre del 2021 la Ciudad de Nueva York abrió los dos primeros centros de consumo supervisado seguro de drogas en Washington Heights y East Harlem, entre opiniones encontradas. Autoridades de Salud defendían el proyecto, manejado por OnPoint NYC, como una manera segura y efectiva de tenderle la mano a neoyorquinos adictos y evitar muertes prevenibles, pero algunos vecinos de Manhattan no veían con buenos ojos que la Administración Municipal gastara recursos para promover esos sitios.
Y tras cumplir más de un año de funcionamiento, los centros de consumo entregaron su boletín de resultados: evitaron 672 sobredosis, que pudieron haber terminado en hospitalizaciones y posibles muertes, atendieron a 2,147 participantes que hubieran podido haber estado drogándose en calles y parques, recolectaron y desecharon de manera segura más de 1.4 millones de jeringas usadas y materiales peligrosos, y de paso le ahorraron a la Ciudad más de $19 millones de dólares. Además, ninguno de los 2,147 consumidores de droga que usaron los dos centros en 48,284 veces en el año perdió la vida.
Así lo defendió Sam Rivera, director ejecutivo de OnPoint NYC, quien mencionó que los centros de consumo supervisado seguro de drogas logran de paso un impacto positivo en las comunidades.
“Con estos sitios, los vecinos no tienen que experimentar el uso de sustancias que ellos hacen, ni en parques, bodegas ni en pasillos de edificios, al tiempo que logramos evitar 672 sobredosis porque tenemos la oportunidad de reversarlas, al asegurarnos que estén con nosotros y recolectamos material que oudieran haber parado en las calles y espacios públicos”, aseguró Rivera, quien defendió también el ahorro financiero de millones de dólares. “Con nuestro trabajo logramos ahorrarle a la Ciudad unos $19 millones de dólares, pues la Ciudad gasta en promedio $30,000 en atender una sobredosis“.
Y sobre aquellas posturas negativas de miembros de la comunidad ante los centros de consumo de drogas supervisados, el director de OnPoint NYC explicó que estos sitios además prestan otro tipo de apoyo y pidió que se le diga “adiós” al el estigma.
“Si la gente remueve las opiniones negativas de las personas que usan drogas, que pueden ser nuestros padres, hijos, abuelos, amigos y empezamos a verlos como seres humanos, podemos ver desde diferentes rangos que el impacto de estos sitios es positivo, por lo que apoyamos los planes de la Ciudad y el Estado para abrir más”, agregó el líder hispano, exhortando a líderes gubernamentales y funcionarios de salud a implementar ese enfoque que en 30 años no ha dejado ni un solo muerto.
“El consumo supervisado es una intervención de salud que salva vidas y se encuentra con nuestra hermosa gente en la situación en que están, con amor, compasión, sin juzgar y con el compromiso de ayudarlos a sanar y vivir sus mejores vidas y a medida que la crisis de sobredosis alcanza niveles récord, es fundamental que adoptemos enfoques realistas que brinden a las personas la oportunidad de luchar para sobrevivir (…) La gente no tiene que morir. Solo necesitamos líderes que se comprometan a salvar vidas”, insistió Rivera.
Juan, un joven de 27 años, quien aseguró haberse beneficiado de los programas del centro de consumo supervisado de East Harlem, confesó que su conexión con ese lugar lo salvó de estar muerto o “perdido” en las calles.
“La gente piensa que los adictos somos monstruos o malas personas, pero en realidad somos gente enferma que necesita tratamiento y ayuda. Este sitio no es como una tienda de dulces adonde uno va y le dan todo lo que uno pida. Es un sitio que tiene profesionales que incluso nos ayuda a disminuir los niveles de consumo, con la meta, en mi caso, de algún día poder estar libre de drogas y sin riesgo de sufrir sobredosis”, dijo el latino, quien prefirió no dar su rostro para evitar señalamientos en su trabajo. “Hasta ropa limpia me han dado allí y he podido tener atención mental”.
El Departamento de Salud de la Ciudad de Nueva York también aplaudió el impacto positivo que los dos centros han tenido entre los neoyorquinos, y reveló que cifras completas actualizadas dejan ver que las personas atendidas han subido a 2,227, quienes han usado los servicios unas 52,000 veces.
“Los OPC y otros servicios de reducción de daños no solo reducen las muertes por sobredosis, sino que también disminuyen el desperdicio de jeringas, el uso público de drogas y los delitos relacionados con las drogas en su entorno inmediato“, aseguró Pedro Frisneda, vocero del Departamento de Salud e Higiene Mental. “Junto con los programas de servicio de jeringas, este modelo brinda conexiones cruciales de atención médica y apoyo vital para satisfacer las necesidades de los neoyorquinos que dependen de sus servicios todos los días”.
La Ciudad también asegura que los OPC son un componente de una estrategia más amplia para reforzar los servicios de reducción de daños, que incluye una amplia distribución de naloxona (medicamento para contrarrestar sobredosis) y el sistema de respuesta a sobredosis no fatales (Relay), en momentos en que datos recientes revelan un panorma preocupante.
En el tercer trimestre del 2021 hubo en la Gran Manzana 709 muertes por sobredosis de drogas no intencionales, en comparación con 552 muertes durante el mismo período de 2020. Datos estatales muestran que en promedio en todo el estado, 12 personas mueren por sobredosis de opioides cada 24 horas, y cada año otras miles sufren los efectos devastadores de estas drogas, cuyo consumo sigue en aumento.
Las muertes por sobredosis relacionadas con drogas en general aumentaron en un 37%, pasando de 3,617 en 2019 a 4,965 en el 2020 en Nueva York, pero en el caso de las fatalidades por opioides el panorama luce más angustiante, pues se incrementaron en un 44%; en el 2019 los opioides fueron responsables de 2,939 decesos mientras que en 2020 el número pasó a 4,233.
Y en medio de la crisis que los opioides han desatado en la Gran Manzana y en otros rincones de Nueva York, diferentes estamentos, políticos y comunitarios, han intensificado su cruzada para luchar contra drogas como el fentanilo. El reto para este 2023 es ponerle freno a esa epidemia, disminuir el consumo, acabar con muertes por sobredosis y reaccionar de manera más efectiva cuando consumidores sufren riesgo inminente.
Así lo anunció la gobernadora del Estado, Kathy Hochul, tras firmar un paquete de varias medidas y leyes que busca prevenir y tratar el consumo de sustancias.
“Mi Administración está comprometida a trabajar todos los días para combatir el trastorno por uso de sustancias y brindar a los neoyorquinos un mayor acceso a recursos, servicios y atención que salvan vidas“, dijo la mandataria estatal. “Me enorgullece promulgar este paquete legislativo que apoyará a innumerables neoyorquinos que luchan contra la adicción y salvará vidas”.
Dentro de las normas aprobadas, se destaca una ley que prohibe los copagos para el tratamiento de opioides y otra que requiere que el Departamento de Salud publique informes detallados sobre la venta de opioides. Asimismo, una legislación que requiere que la Oficina de Servicios y Apoyos para la adicción, desarrolle material de capacitación, otra ley que exige que antes de medicar opioides para pacientes con dolor, los doctores consideren otras opciones, y una normativa adicional que busca implementar que todos los sitios de ocio nocturnos tengan equipos con fármacos para aplicar a quien presente una sobredosis de opioides, al igual que haya capacitaciones para prevenirlas.
El senador Gustavo Rivera recalcó que en la lucha contra la crisis de los opioides buscar alternativas médicas antes de elegir una fórmula de medicamentos opioides, será fundamental, pues se estima que en tratamientos para el dolor, uno de cada cuatro pacientes experimenta algún tipo de trastorno por consumo de estas drogas. El llamado es que se busquen alternativas en opciones como la fisioterapia, la atención quiropráctica, la acupuntura, la terapia de masajes o la terapia ocupacional, entre otras.
“En nuestra batalla en curso contra la epidemia de opioides, debemos asegurarnos de que las recetas de opioides no sean la única opción disponible para los neoyorquinos que reciben tratamiento para el dolor”, dijo el legislador latino, promotor de la ley que requerirá que tanto los pacientes como los médicos consideren las alternativas disponibles antes de elegir una receta de opioides. “Debemos limitar las recetas de opioides a los casos necesarios y, en su lugar, respaldar las opciones de tratamiento que apoyan a los neoyorquinos que necesitan ayuda con el uso de sustancias”.
El senador estatal Pete Harckham, patrocinador del paquete de nuevas leyes, mencionó por su parte, que prohibir copagos a los programas de tratamiento de opioides hará una diferencia significativa, ya que muchos de ellos requieren citas de hasta 6 veces por semana durante 90 días, lo que los hace costosos y limita el acceso de los pacientes.
“Las personas valientes que buscan tratamiento para el trastorno por consumo de opioides no deberían tener que enfrentar dificultades financieras debido a los copagos. Al principio, los programas de tratamiento a menudo requieren visitas de atención diarias, y los costos asociados con estas citas frecuentes pueden ser onerosos”, dijo el legislador, advirtiendo que ese cambio en la ley salvará vidas.
La senadora estatal Anna Kaplan, advirtió la necesidad de que a la lucha contra la crisis de opioides y otras sustancias se empodere a los profesionales de la salud con las herramientas necesarias para ayudar a quienes batallan con las adicciones y encontrar atención.
“Al desarrollar herramientas para detectar adicciones en más neoyorquinos y al conectar a esas personas con los servicios de tratamiento, podemos ayudar a más de nuestros vecinos a romper el ciclo y vivir sus vidas libres de la influencia de sustancias dañinas”, dijo la política.
El asambleísta Steven Cymbrowitz puso de manifiesto que la implementación de pruebas de detección, intervención y tratamiento en entornos de atención primaria de la salud como hospitales, clínicas ambulatorias y consultorios médicos privados permitirá la detección temprana del consumo de alcohol y drogas de riesgo.
“Aplicado como un enfoque integral e integrado de salud pública puede resultar en una intervención temprana, lo que ayuda a evitar las graves y costosas consecuencias para la salud del abuso de sustancias no detectado”, insistió el legislador.
La asambleísta Judy Griffin dijo que cerrar el 2022 con la aprobación de normas vitales para hacerle frente a la lucha contra los opioides como el tener kits de medicamentos antagonistas para poder contrarrestar sobredosis, es una llave para tener un 2023 con un mejor panorama.
“Estas medidas tienen el potencial de salvar vidas en todo el estado de Nueva York. Con el aumento cada vez mayor de medicamentos con fentanilo, las personas pueden sufrir una sobredosis inesperada en cuestión de minutos. Las estadísticas muestran que las sobredosis ocurren con mayor frecuencia en los establecimientos de vida nocturna y al crear esta asociación público-privada entre el Estado y los establecimientos de vida nocturna dispuestos, podemos evitarle a las familias la angustia devastadora de perder a un ser querido por una sobredosis”, advirtió la política.
“Estas trágicas muertes se pueden prevenir, y tenemos dueños de negocios locales concienzudos en Long Island y en todo el estado de Nueva York que están ansiosos por recibir capacitación y recursos que les permitan asumir un papel en estos minutos cruciales para salvar vidas”
La crisis de opioides en cifras en NY
- 12 personas mueren por sobredosis de opioides cada 24 horas en NY
- Miles más sufren los efectos devastadores de estas drogas
- 44% aumentaron las muertes por opioides en Nueva York
- 2,939 decesos se registraron en 2019
- 4,233 fatalidades hubo en 2020
- 37% aumentaron las muertes por drogas en general
- Dónde pedir ayuda
- Si usted o un miembro de su familia está luchando contra la adicción, hay ayuda disponible las 24 horas del día, los 7 días de la semana llamando al 1-877-8-HOPENY o enviando un mensaje de texto al 467369.
Nuevas leyes contra la crisis de opioides y drogas en NY
- Ley que prohíbe los copagos para tratamiento en los programas de opioides
- Ley que requiere que el Departamento de Salud publique informes en el sitio web con detalles sobre la venta de opioides en el estado
- Ley que requiere que la Oficina de Servicios y Apoyos para la Adicción desarrolle materiales de capacitación sobre la detección del alcoholismo y la dependencia química
- Ley que requiere que los médicos consideren tratamientos no opioides antes formular opioides para pacientes que experimentan dolor
- Ley que establece un programa para que los establecimientos de ocio nocturno tengan fármacos antagonistas de opiáceos y se autorice la capacitación para prevenir sobredosis