El té es una bebida milenaria que puede ofrecer múltiples beneficios al cuerpo, entre ellos, reducir el riesgo de diabetes. Revisamos cuánto té diario se requiere consumir diariamente para favorecer la salud, según los estudios de investigación.
Diversos estudios observacionales han encontrado que el consumo diario de té está asociado con un riesgo reducido de muerte prematura, enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular y diabetes tipo 2.
El té proviene de la planta Camellia sinensis. La Fuente de Nutrición de Harvard comparte que la mayoría de los tés tradicionales no contienen una cantidad significativa de nutrientes, pero son ricos en polifenoles (flavonoles, teaflavinas y catequinas).
Los polifenoles son productos químicos vegetales que le dan a los tés su sabor y aroma distintivos y que serían el componente clave para que sea una bebida saludable.
El té verde es más rico en galato de epigalocatequina-3, mientras que el té negro es más rico en teaflavinas. Ambas bebidas pueden ejercer beneficios para la salud, tienen aproximadamente los mismos niveles de estos químicos, aunque en diferentes proporciones.
Los polifenoles en los tés, como el té negro, el té verde y el té oolong, pueden aumentar la actividad de la insulina.
Harvard explica que los compuestos químicos en el té actúan como antioxidantes que controlan los efectos dañinos de los radicales libres en el cuerpo. Los radicales libres pueden alterar el ADN y el ADN mutado puede aumentar el colesterol LDL o alterar el tráfico de la membrana celular, ambos dañinos para nuestra salud.
La investigación observacional ha encontrado que el consumo de 2 a 3 tazas diarias de té puede reducir el riesgo de diabetes.
De acuerdo con Diabetes.co.uk otros factores para prevenir la diabetes tipo 2 incluyen:
-Comer cantidades mínimas de alimentos procesados
-Comer verduras frescas regularmente durante el día
-Incluir actividad física en cada día
-No fumar
-Mantener bajo el consumo de alcohol
Harvard sugiere un ajuste a la dieta que incluye cuatro cambios:
1. Elegir granos integrales y productos de granos integrales en lugar de granos refinados y otros carbohidratos altamente procesados.
2. Omitir bebidas azucaradas y elegir agua, café o té en su lugar.
3. Optar por grasas saludables.
4. Limitar la carne roja y evite la carne procesada; optar por nueces, frijoles, granos integrales, aves o pescado en su lugar.
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