Los espárragos son nutritivos y saludables, fáciles de cocinar y con versatilidad; pueden complementar una variedad de platos. Si bien los espárragos son un vegetal delicado con gran sabor, también pueden llegar a tener un sabor amargo al cocinarse pero hay un truco sencillo que puede ayudar a por evitar que esto suceda.
Los espárragos pueden cocinarse de distintas maneras, ya sea hervidos, al vapor, fritos o asados a la parrilla. Su mejor momento es cuando están recién recolectados, en un periodo de 48 horas.
Cuando los espárragos se cocinan, puede desprenderse un sabor “acre” debido a su contenido en un compuesto sulfúrico. “Los espárragos blancos en particular albergan más amargura, ya sea por su falta de clorofila, su capa exterior fibrosa o simplemente por su tamaño”, comparte The Takeout.
Truco de pan para quitar lo amargo a los espárragos
Hay un sencillo truco para dominar el sabor amargo de los espárragos con solo un pedazo de pan. La táctica consiste en echar un trozo de “pan rancio” mientras en el agua en la que se hierven los espárragos y el pan “absorberá” el sabor amargo.
Después de probar con los espárragos verdes y blancos, Raquel Glassberg de The Takeout confirmó que el truco funcionaba. Aunque el pan no necesariamente absorbería la amargura.
Al probar el pan empapado, Glassberg encontró que la pieza no era amarga, pero sí tenía un sabor dulce similar al de los espárragos. Entonces considera que la solución estaría en más azúcar.
“La mayoría de las recetas alemanas de espárragos incluyen azúcar, pero nunca se menciona como un ‘truco’… Pero parece que agregar más azúcar es la verdadera clave para neutralizar los compuestos amargos de la verdura, reemplazando cualquier dulzura natural que se perdió entre la cosecha y la cena”, apunta Glassberg.
Hay muchas maneras de disfrutar los espárragos, como: asados a la parrilla con especias y servirlo como guarnición; cocinarlos y enfriarlos para mezclarlos en una ensalada; cortarlos en pequeños trozos y saltearlos; espolvorearlos con queso y hornearlos para comerlo como botana; cocinarlo y agregarlo a pasta o a las tortillas de huevo; incluso empanizarlos y hornearlos o freírlos.
El nombre de los espárragos proviene de la palabra griega “asparagos”, que significa “brotar”. Este vegetal se encontró por primera vez en el Mediterráneo hace miles de años y desde entonces se volvieron un alimento popular.
En media taza de espárragos verdes cocidos hay 2.2 g de proteína y 1.8 g de fibra, además son una excelente fuente de vitamina K, vitamina A y folato; también aporta algo de vitamina C. Los espárragos son bajos en calorías.
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