Muestras de DNA, seguimiento de geolocalización a un teléfono móvil, detalles de cámaras de seguridad y testimonios que señalan rasgos criminales y violentos del acusado, es parte de lo que se ha visto y escuchado en las audiencias del juicio que se le sigue a Douglas Young, principal sospechoso de haber asesinado, para despojar de su bicicleta eléctrica, a Francisco Villalba Vitinio un inmigrante mexicano que se empleaba como repartidor.
Las evidencias han contado cómo en algún momento entre las 10:20 y 10:30 de la noche del martes 29 de marzo del 2021, Paco Villalba recibió al menos un disparo con arma de fuego, mientras aguardaba, en el Poor Richards Playground de East Harlem, a que llegaran a las aplicaciones de su celular más solicitudes para ir a entregar comida a domicilio.
Desde el pasado martes 7 de marzo, Young es juzgado en el treceavo piso de la Corte Criminal de Manhattan en la sala del juez Gregory Carro. Enfrenta una acusación de seis cargos entre los que se hallan intención de cometer asesinato, asesinato mientras se cometía otro delito grave y robo por la fuerza con un arma mortal.
Durante la primera semana de este litigio, los fiscales presentaron a testigos que se dedicaron a esbozar la escena del crimen. El primero fue un vecino que oyó los disparos pero que 20 minutos después, al bajar a pasear a su perro, descubrió el cuerpo de Francisco. También dieron su testimonio los oficiales de la policía que atendieron el llamado al 911, mismos que se acercaron al cuerpo de Villalba que permanecía tumbado boca abajo y al que luego voltearon para descubrir la herida en el pecho, según mostraron los videos de las cámaras insertas en el uniforme de los oficiales.
Las pruebas
Pero ha sido en la segunda semana, luego que los fiscales llamaran a sus testigos estelares, fue cuando los miembros del jurado tuvieron acceso a un amplio catálogo de pruebas que apuntan hacia la culpabilidad de Young.
Entre quienes testificaron el pasado jueves 16 se halla la expareja sentimental del acusado, Siena Williams, quien recordó del encubierto negocio que él acusado emprendió vendiendo cosas “como bicicletas eléctricas que no sé de dónde sacaba”, dijo al jurado. Williams susurró sobre la proclividad de Young por mostrarse agresivo, situación por la que ella llegó a marcar a la línea de violencia doméstica de la Ciudad de Nueva York, llamada que el defensor trató de sacar de las evidencias diciendo que eran “discusiones normales del señor Young” y su pareja.
El fiscal que interrogó a la señora Williams, quien se mostraba poco colaborativa en sus respuestas, logró obtener la narración de cuando Young fue en plena pandemia al estado de Virginia de donde regresó con un revólver similar a los que usan los vaqueros. Con su celular ella tomó una foto al arma, y, durante su testimonio, esa imagen fue mostrada al jurado y a la audiencia.
-¿Usted vio que compró el arma? ¿vio el dinero con el que la pagó?- trató de confundirla el defensor, afroamericano tal y cómo lo exigió Young quien llegó a despedir a dos abogados blancos, “como simple táctica dilatoria” según acusaron familiares de la víctima.
-¿Usted quería venir a testificar?, cuestionó más adelante el fiscal a la misma mujer.
– No- devolvió tanto a la pregunta del defensor como a la del empleado del gobierno esa mujer que en durante su relato parecía querer ocultarse en sus rastas color amarillo que se movían al compás de un tic nervioso de una de sus piernas.
El fiscal le preguntó si fue a través de un citatorio como un juez la obligó a ser testigo en este juicio contra el acusado, con quien vivió una relación complicada, según se pudo inferir en su relato. Ella respondió lacónica que sí.
El acusado
Durante el juicio, y cada mañana antes de que arranquen las audiencias, Young de 40 años y quien mide aproximadamente 6 pies y 4 pulgadas, ingresa a la sala con un archivero de cartón al que abraza como si ahí guardara las pruebas de su inocencia. Luego de colocarlo en la mesa, se voltea para que los dos oficiales que lo custodian le quiten el cinturón y las esposas para dejarlo tomar asiento ya con las manos libres. En la audiencia del jueves 16, el acusado se revolvía nervioso en su silla y movía en ocasiones la cabeza en señal de evidente malestar ante la llegada de un par de testigos colaboradores que sucedieron a su antigua novia.
Primero lo hizo un especialista en estudios de ADN quien obtuvo muestras tanto de un pantalón como de un cigarro consumido por el acusado las cuales fueron comparadas con otras obtenidas del manubrio de la bicicleta del difunto. “Ambas muestras coinciden” resumió el especialista.
Por otro lado, un seguimiento satelital al celular del Young, ajustó con la recopilación detallada de imágenes de cámaras —tanto las que pertenecen a la ciudad como las privadas—, que fueron mostradas el mismo jueves por un agente y analista que trabaja en el Departamento de Policía de la Ciudad de Nueva York.
En su minucioso y bien elaborado Power Point, este agente entregó detalles de cómo la noche del 29 de marzo del 2021 Young se mueve primero hacia la escena del crimen la cual abandona corriendo luego de que presuntamente Paco Vilallba cayera abatido.
Según la reconstrucción de los hechos hecha por el analista, Villalba se habría negado a entregar su bicicleta y fue cuando habría recibido al menos un disparo de bala en el pecho. La persona que despojó al repartidor de su instrumento de trabajo, tuvo la mala fortuna de que, tras la agresión, a la bicicleta se le descarrilara la cadena, que debió abandonar a unos 50 metros del cuerpo inerte del deliver, según mostraron las cámaras de los policías, pero también las tomadas de dos autobuses del transporte público que pasaban en ese instante por ahí. En una de ellas se percibe a un hombre que cruza la calle corriendo, presuntamente Douglas Young, buscando alejarse de ahí.
“¿Por qué un hombre al que le cuesta trabajo caminar tendría que echarse a correr?”, se preguntaba uno de los repartidores que acuden a las audiencias en solidaridad con la familia del difunto, que siempre lleva café y pan para las mañanas y que el pasado jueves repartió pozole estilo Guerrero a la hora de la comida.
“Nos dedicábamos diario a trabajar, de 5 de la tarde hasta las dos de la mañana y los viernes y sábado nos seguíamos hasta las 5 de la madrugada, no es justo lo que le hicieron”, indica Lucas hermano de Francisco. Él es uno de los que no fallan a las audiencias y trata de no perder detalle, aunque entienda poco del idioma inglés.
Lo que sigue
El juicio entra en su tercera semana este lunes 20 y se espera que en los siguientes días la fiscalía ofrezca sus conclusiones para dar paso a los testigos de la defensa o, en su defecto, a los alegatos de cierre y la deliberación del jurado.