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Tres años después de que la Defensoría del Pueblo de la ciudad de Nueva York presentara una lista de recomendaciones para dar respuesta a la dolorosa y creciente crisis de salud mental, una revisión presentada la semana pasada da cuenta que aunque “hay ciertos avances”, la Ciudad en algunos aspectos se “ha movido para atrás”.
Específicamente, el nuevo informe encontró que en lugar de aumentar los lugares de descanso y atención especializada, se han reducido a la mitad.
En otro capítulo se destaca que la fuerza policial sigue presente en el abordaje de esta crisis que demanda equipos médicos profesionales y trabajadores sociales: En los últimos 36 meses, al menos quince personas con problemas pisquiátricos han sido asesinadas a tiros por agentes del Departamento de Policía de la Ciudad de Nueva York (NYPD).
Lo positivo es que siguiendo las recomendaciones, se amplió el número de centros de acogida, es decir las instalaciones de servicios múltiples para neoyorquinos sin hogar, que brindan una variedad de servicios que incluyen alimentos, trabajadores sociales y referencias a programas adicionales.
También abrieron dos centros de atención urgente de salud mental e invirtieron en la expansión de refugios seguros.
Aún así, actualmente, solo hay cuatro centros de descanso, dos centros de atención urgente de salud mental y siete centros de acogida.
“Desde que nuestra oficina propuso un nuevo modelo para la respuesta a las crisis de salud mental, hemos elegido nuevos líderes en todos los niveles de gobierno, pero el progreso en este tema ha sido frustrantemente lento; en cierto modo, hemos retrocedido”, concluyó el Defensor del Pueblo, Jumaane D. Williams.
Aumentan las “personas perdidas”
A juicio de este funcionario, desde 2019, la lista de “personas perdidas” por una infraestructura de salud mental inadecuada no ha hecho más que crecer.
En el balance se destaca que los centros de acogida para adultos aumentaron de cinco en 2019 a siete en 2022, con uno en Queens, dos en el Bronx, dos en Manhattan, uno en Brooklyn y uno en Staten Island.
“Ahora es nuestra responsabilidad darnos cuenta de las reformas necesarias y la urgencia de la acción, para evitar más sufrimiento y pérdidas”, acotó.
La revisión de Williams, se da en una circunstancia en la cual en espacios como el Subway los usuarios comparten preocupaciones sobre una mayor presencia de enfermos mentales y desamparados, que no pocas veces se muestran violentos en los andenes y en los trenes.
De hecho, en lo que va de 2022, por lo menos cada mes, se ha registrado oficialmente un hecho muy violento asociado con la presencia de enfermos mentales en el sistema de transporte.
En el balance divulgado por la Defensoría del Pueblo, se remarca que si bien la “Ciudad ha explorado algunas iniciativas para la respuesta no policial a las crisis de salud mental, no se ha acercado a la inversión esencial de recursos, el apoyo de infraestructura o la participación de liderazgo en estos programas”.
Además se critica que a pesar que se han creado grupos de intervención especial, los oficiales de la Uniformada todavía siguen actuando como “respuesta determinada a las emergencias de salud mental”.
“Ahora con un nuevo liderazgo electo en Nueva York y con una población que demanda sobretodo respuestas al problema de la criminalidad, es tiempo que se aborden reformas reales que no sigan criminalizando a esta población. Y ponerlos en la lista de prioridades de la crisis de salud mental que se agudizó con la pandemia”, destacó el Defensor.
Las cifras compartidas por el Programa de Justicia de Abogados para el Interés Público de NY recuerdan que 19 personas han muerto a manos de NYPD, al experimentar una crisis de salud mental solo en los últimos siete años, 16 de ellas personas de color.
“Ya es hora de que la ciudad transforme su respuesta a este problema eliminando por completo la interacción de la policía con estas personas. El informe del Defensor del Pueblo es claro. Se necesita atención médica, no fuerza policial”, clamó Ruth Lowenkron, directora de este programa.
“Actuamos con compasión”
En este sentido, oficiales de NYPD comentaron a El Diario que hay “situaciones muy violentas” generadas por esta población, especialmente en el sistema de transporte público, que “deben ser neutralizadas” en el momento por la seguridad de los pasajeros.
“Actuamos con compasión y respeto a los Derechos Humanos. No es un tema fácil de controlar, especialmente cuando se trata de pacientes psiquiátricos, que tienen conductas muy extremas y violentas. Pero no pueden pasar incidencias en nuestras narices y evadirlas. O actuamos, o puede pasar lo peor”, indicó la fuente.
Sobre el informe del Defensor del Pueblo no se pudo tener una reacción inmediata de la Ciudad, aunque portavoces del Departamentos de Servicios a Desamparados de la Ciudad de Nueva York afirman que “como nunca antes” existe una coherencia entre varias agencias y la gobernación para enfrentar esta crisis.
4 nuevas recomendaciones:
- Ampliar el horario de atención de los equipos móviles de crisis e implementar un número de teléfono de línea directa “no policial”, para que los neoyorquinos puedan reportar situaciones.
- Administrar exámenes de salud mental estandarizados anualmente para todos los estudiantes de las escuelas públicas de la ciudad de Nueva York.
- Capacitar a todos los oficiales de NYPD en intervención en crisis de salud mental.
- Construir viviendas de apoyo para que las personas sin vivienda tengan un camino hacia una residencia permanente, mientras mantienen el acceso a los servicios integrales.