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El alcalde Eric Adams y la gobernadora del estado Kathy Hochul están pidiendo una autorización de trabajo acelerada para los solicitantes de asilo que llegaron o están por llegar a la ciudad de Nueva York.
Adams realizó el mismo llamado en abril pasado, antes del vencimiento del Título 42, cuando expresó que negarles a los inmigrantes la oportunidad de trabajar legalmente los llevaría directo al fracaso.
El mes anterior, la administración del alcalde dijo que el gobierno federal podría apresurar la autorización de trabajo de diferentes formas.
Asimismo, dijo que podrían permitir que una gran cantidad de solicitantes de asilo puedan acceder a la protección del TPS al extender su período de elegibilidad o podrían brindar acceso a la libertad condicional humanitaria.
Adams señaló que la ayuda federal proporcionada por el Gobierno de Joe Biden no se acerca a la elevada factura que la crisis migratoria le ha costado a la ciudad de Nueva York.
“Hemos gastado más de $1,000 millones de dólares. Se proyecta que gastaremos cerca de $4,300 millones, si no más. Cuando miras el precio, $30 millones de dólares no se acercan a lo que esta ciudad está pagando por un problema nacional”, manifestó el alcalde demócrata.
La oficina de Adams dijo que se ha usado más de 150 hoteles de la ciudad para albergar a más de 41,000 solicitantes de asilo. Eso sería más del 40% de los hoteles con 51-200 unidades.
Militares de Estados Unidos y solicitantes de asilo ahora se encuentran en el Holiday INN-LaGuardia West de Long Island City. Por lo que los viajeros con reservas, como Sean Cullen, ya no son bienvenidos allí, informó ABC 7 New York.
“Cuando se registró, fue recibido con lágrimas en los ojos por el personal, la Guardia Nacional en la habitación y me dijeron que ya no es un hotel, sino un edificio del gobierno”, apuntó Cullen.
Lo que se suponía que sería un viaje relajante se convirtió en una verdadera pesadilla. Cullen viajó desde Minnesota para hallar la siguiente nota en la puerta: “Debido a circunstancias imprevistas en nuestra propiedad, no podemos acomodar su reserva”.
La carta tenía fecha del 15 de mayo, un día antes de su llegada. El hombre dijo que no hubo ningún aviso ni advertencia.
“Fue horrible, horrible para mí, horrible para mis invitados que volaron desde Australia 38 horas para sentarse en un vestíbulo durante siete horas, y ninguna acción de IHG”, añadió.
Cullen dijo que reservó su habitación a través de Internet por Intercontinental Hotels Group o “IHG” con dos semanas de antelación, sin percatarse que lo echaría por la crisis migratoria, una que le estaría costando a Nueva York más de la ayuda que está recibiendo de la Administración de Biden, indicó Adams.
Finalmente, IHG finalmente halló otro hotel para Cullen, pero más caro, de acuerdo con el hombre.
“Ahora mi impresión de la ciudad de Nueva York es ese hotel y esa experiencia”, agrega Cullen.
El viajero hizo un llamado a otros visitantes a llamar con anticipación y llamar directamente al hotel para asegurarse de que la habitación sigue disponible.
A su vez, Adams volvió a pedir al gobierno federal que se asegure de que los solicitantes de asilo entrantes sean llevados por todo Estados Unidos, de manera que no sea una carga para ninguna ciudad del país.
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