Un misterioso satélite ruso ha creado una gran nube de escombros después de romperse en órbita a principios de enero, lo que plantea un problema potencial en los próximos años.
Según el 18º Escuadrón de Defensa (SDS) de la Fuerza Espacial de Estados Unidos, que rastrea objetos artificiales en el espacio, el evento creó al menos 85 piezas separadas de chatarra que ahora permanecerán en órbita durante un tiempo significativo.
El satélite era el Kosmos 2499, una nave rusa que no tiene un propósito conocido. La causa de la desintegración también es un misterio, sin que SDS ni Roskosmos hayan comentado hasta el momento cómo pudo haber ocurrido el evento.
Kosmos 2499 era un satélite completamente desconocido, lanzado desde un vehículo de lanzamiento ruso “Rockot” junto con tres satélites Rodnik-S, que se utilizaron para comunicaciones militares, en 2014.
Originalmente, Estados Unidos lo clasificó como una pieza de basura espacial hasta que comenzó a maniobrar en formas en que los escombros no deberían, lo que indica que fue un orbitador intencional colocado allí por Rusia.
De hecho, Kosmos 2499 se movía de una manera que otros satélites generalmente no lo hacían, utilizando maniobras motorizadas para acercarse a las etapas de los cohetes y otros objetos en órbita, lo que generó especulaciones sobre su uso: algunos pensaron que era un satélite para dar mantenimiento a otros, mientras que otros incluso propusieron que se trataba un nuevo tipo de arma antisatélite.
Como era de esperar, el ejército de Estados Unidos mantuvo una estrecha vigilancia sobre Kosmos 2499.
Escribiendo en una publicación de blog en su sitio web RussianSpaceWeb.com, Anatoly Zak escribió:
“¡El ejército de EE.UU. ahora estaba volviendo a verificar los parámetros orbitales del misterioso satélite tres o cuatro veces al día!”.
Roscosmos abordó los rumores sobre su propósito hace muchos años, afirmando que el satélite tenía “fines pacíficos, incluida la investigación no especificada por parte de instituciones educativas”.
Supuestamente había completado su misión en 2014. Sin embargo, en los años siguientes, Kosmos 2499 continuó realizando maniobras dirigidas hacia otras naves, lo que no es típico de un satélite supuestamente irrelevante.
Independientemente de su función, Kosmos 2499 no realizará más maniobras después de desintegrarse, pero deja un nuevo desafío a su paso. La nube de escombros a esa altitud, que se cree que es de 729 millas, seguirá orbitando la Tierra durante los próximos años, sumándose a la enorme nube de escombros que ya rodea la Tierra.
Dichos eventos continúan contaminando el entorno, y todas las agencias espaciales deberían trabajar constantemente para minimizar este riesgo. Para Kosmos 2499, cualquier esfuerzo ahora podría será demasiado tarde.
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